domingo, 21 de octubre de 2012

Los nadie, de los diversos funcionales




Los nadie, de los diversos funcionales

Eduardo Galeano (1940) escribió sobre los nadie. Hoy me perdonareis si estas frase las pongo a las personas que son diversas funcionales porque, en realidad, no somos nadie: no nos tienen en cuenta.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la
Libre porque tienen los mismos derechos, pero están muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos con sus cuerpos.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica
Roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

Casi nadie piensa en los discapacitados

Muy poca gente piensa en los diversos funcionales  (discapacitados).  La sociedad con su indiferencia los discriminó y aun lo arrastramos. Ha sido gracias a la lucha de sus familias y ellos que han podido intentar crearse un pequeño espacio en esta sociedad.
        El sistema con su demagogia paternalista ha aprobado algunas leyes que han favorecido algunas facilidades pero no lo esencial, la persona, creando pequeñas empresas donde se les priva de su libertad de decir si o no.
        Los nadie con valentía están superando una discapacidad que no pidieron. Los gobiernos, los dirigentes de las residencias o la ciudadanía persiste en seguirlos viendo con lástima. Piensan que con limosnas las ayudan.
        Los gobiernos consideran que con otorgarles paliativos, como sillas de ruedas u otros tipos de apoyos, saldan con ellos la deuda que tienen pendiente.
        Por solidaridad, comentaré sobre los derechos de las personas que, por tener una discapacidad, han sido marginadas por la sociedad y el gobierno. Está visto que sus derechos son «letra muerta».
        Para ellos, las oportunidades en los estudios, el deporte, el trabajo y la cultura sencillamente no se les dan con igualdad. Porque quienes las otorgan son tan ciegos que no ven más allá de sus narices.
        Tal parece que la desigualdad solo existe en su mente. ¿Acaso en las olimpiadas no son ellos los que han sacado la cara por España?
        Los nadie de la diversidad funcional merecen que tengan derechos a elegir residencias o pisos, que puedan estudiar en una escuela, que tengan la oportunidad de elegir, que se les respete en sus derechos fundamentales, que erradiquen los problemas desde su raíz.
        La única solución viable para que sus derechos no sean violados por la propia administración (que no obliga a cumplirlos) es tomando en serio la manifestación de que la discapacidad merece respeto, y luchando para que eso se cumpla.

Jesús Córdoba García
Humillados y Ofendidos (Diversisad Funcional)

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